RESTAURACIÓN DEL CONJUNTO DE CUATRO COLUMNAS SALOMÓNICAS

Fachada del Hospital de Montserrat 1904

Fachada del Hospital de Montserrat 1904

Compartimos la interesante historia del conjunto de cuatro columnas salomónicas de Patrimonio Nacional, que se expondrán en el nuevo museo Galería de Colecciones Reales, junto a otras obras representativas del mecenazgo de arte en la monarquía española.
En origen, las columnas pertenecieron al retablo del altar mayor de la desaparecida iglesia del Hospital “Virgen de Montserrat”, fundada por Felipe IV en 1615. Fue construida gracias al patronazgo de D. Gaspar Pons, un alto cargo del Real Consejo de Hacienda del siglo XVII, con el propósito de ofrecer atención a aragoneses y catalanes desplazados en Madrid.

En 1618, el Rey toma posesión de los bienes y el hospital se sitúa, finalmente, en la Calle Atocha, cerca de la Plaza de Antón Martín, próximo al hospital de San Juan de Dios. Para ello, se aprovechan las estructuras existentes, salvo en el caso de la iglesia, que se construye de nueva planta, con el diseño de D. Juan de Torija y ejecución de D. Juan Sánchez. La primera misa fue oficiada el 1 de mayo de 1678 con D. Pedro de Aragón como presidente del Patronato.

Pasados los años, el Hospital fue perdiendo importancia ante los avances científicos e higiénicos a los que no pudieron adaptarse sus instalaciones y debido a la construcción de otros hospitales, como el de San Carlos o el de la Princesa, que pasaron a asumir sus funciones. Entre finales del siglo XIX y principios del XX, se encargan varios informes a distintos arquitectos sobre el estado del inmueble y todos ellos coinciden en que su estado es ruinoso y debería ser derribado. Por esta razón, en 1903, se decide vaciar el hospital para proceder unos años después a su demolición.

Retablo Mayor de la Iglesia de Montserrat

Retablo Mayor de la Iglesia de Montserrat

Entre los elementos trasladados se encontraba el Retablo a la Virgen de Monserrat, que coronaba el Altar Mayor de dicha Iglesia, y sus columnas. Este retablo fue una de las primeras obras en las que apareció la columna salomónica, que, más tarde, se convertiría en uno de los elementos arquitectónicos más característicos del llamado estilo churrigueresco del siglo XVII que dominó el barroco madrileño. Fueron diseñadas por D. Francisco Herrera “El Mozo” en 1673, que se encargó también del diseño de los altares de las capillas laterales, y adjudicado en 1674 para su ejecución a D. José Ratés y José Simón de Churriguera, padre e hijo, por 8.000 ducados. El mismo año se comenzó su construcción empleando madera de pino de Valsaín. El retablo se componía de cuatro columnas salomónicas de 24 pies, coronadas por capiteles compuestos, con fuste tallado de pámpanos y vides dorados y fondos pintados con temple imitando mármol azul con veta blanca. El entablamento se sostenía con ménsulas sobre plaquetas. Una cartela de grandes dimensiones, típicamente barroca, coronaba el camarín de la Virgen. En el cuerpo superior, aparecen esculturas de ángeles ofreciendo racimos de uva y la clave se decora con un rosetón. El centro del retablo lo ocupaba la Virgen de Monserrat entronada y a ambos lados se localizaban las esculturas de San Vicente y San Lorenzo mártires, cuya autoría se disputa entre D. Pedro Alonso de los Ríos y el propio D. José Ratés Dalmau.

A principios del siglo XX, se autoriza la demolición del Hospital. Hay constancia de la interposición de una denuncia en la que se resaltaba la importancia del retablo en el contexto del barroco madrileño, pero esta no llega a prosperar debido al informe desfavorable emitido por el arquitecto Repullés Segarra. Como consecuencia, no se adoptan las medidas necesarias para su conservación y en 1903 se trasladan al Monasterio de Santa Isabel (Calle Atocha de Madrid) las piezas pequeñas del retablo, así como la escultura de la Virgen de Monserrat, las esculturas de ángeles y las de San Vicente y San Lorenzo Mártir, que se destinan al culto. Allí, sufren un incendio en 1936, en el que acabaron por destruirse.

Por su parte, las columnas salomónicas se trasladaron a los sótanos del Palacio Real de Madrid, donde permanecieron hasta a finales del siglo XX, cuando volvieron a exponerse.Llegaron a nuestros días aquejadas de una serie de patologías, entre las que podemos citar las pérdidas de soporte en elementos decorativos, remates y bases, y grietas de diversa importancia. En algunos puntos, los estratos pictóricos se mostraban alterados, formándose levantamientos y cazoletas, debidos a la acción del fuego, que los dejó, además, oscurecidos. Las lagunas se extendían por toda la capa pictórica y dorados. La capa de protección se presentaba muy oxidada y oscurecida y, sobre ella, se disponían los repintes, realizados con pintura oleosa y purpurinas, fruto de intervenciones anteriores.

Tratamiento de restauración: limpieza y eliminación de repintes

Tratamiento de restauración: limpieza y eliminación de repintes

Para corregir estos deterioros y preparar las obras para su exhibición en la Galería de Colecciones Reales, se sometieron a una intervención de restauración. Comenzamos por la limpieza y eliminación de los repintes más toscos, que nos permitieron sacar a la luz las calidades y matices de la factura original. Seguimos con la consolidación estructural y de la policromía, para recuperar la estabilidad de las piezas. Por último, se lleva a cabo la reintegración volumétrica y cromática, mediante la que se logra que las pérdidas no interfieran en la lectura global de la obra, y se aplica la protección final.

Todo este proceso se ha guiado por los análisis científicos, el estudio histórico-artístico y los criterios de restauración, que han hecho posible plantear un tratamiento orientado a la conservación a largo plazo y la puesta en valor de una obra con una compleja historia material. Tendremos el privilegio de volver a apreciar su majestuosidad, la riqueza de sus acabados y el virtuosismo exhibido en su ejecución en la Galería de Colecciones Reales, cuando el museo abra sus puertas al público.

Hasta entonces, podéis ver aquí un adelanto.
Las columnas salomónicas, primera pieza expuesta en la Galería de las Colecciones Reales del Palacio Real

 

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El Barco® es una empresa especializada en la Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico, que inicia su travesía empresarial en 1986. Gracias a la pasión por el trabajo riguroso y el respeto por el Arte, el Patrimonio Cultural y la tradición artesanal, hemos conseguido ser un referente dentro del sector de la Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico.