Este trabajo de realización de protecciones de una bóveda decorada con alto riesgo de caída debido a los trabajos arquitectónicos de consolidación del edificio, fue muy interesante gracias a la mixtura de técnicas tradicionales con nuevos materiales.
La bóveda está decorada por una exquisita pintura mural de finales del siglo XVIII. En el soporte habían aparecido grietas profundas estructurales que estaban poniendo en peligro la capa pictórica.
Teniendo en cuenta esta patología, así como
Para la protección de esta sala, se empapelaron las pinturas murales que la decoran con papel japonés y klucel. Reforzando especialmente las zonas con grietas mediante engasado.
Para la fabricación de la cimbra se llevó a cabo un escaneado de la bóveda, con el que se pudo hacer el curvado del aluminio, ajustándolo al máximo posible a la curva real de la bóveda y dejando unos 3cm entre los nervios de aluminio y la capa pictórica. De nervio a nervio se colocaronn, perpendicularmente a los nervios, listones de madera de 3 x 2 cm atornillados a los bastidores de aluminio mediante escuadras. Este bastidor se coloca como refuerzo en las zonas de vanos para así poder realizar un acuñado puntual en aquellas zonas que así lo precisen, de manera que no quedan vanos superiores a lo 33cm de ancho.
El hueco entre la cimbra y la bóveda se rellena con una plancha de foam pegada al empapelado de protección de la capa pictórica y se ajusta a la nervadura con planchas y cuñas de poliestileno expandido. Estas planchas se acuñan en las nervaduras y bastidores para evitar movimientos y que ajuste mejor a la superficie.
Esta cimbra quedará instalada durante toda la intervención de arquitectura, para garantizar la perdurabilidad de estas decoraciones de altísima factura e importancia histórica y artística, durante toda la intervención.
Nos sentimos especialmente orgullosos de este tipo de intervenciones en que el conocimiento tradicional se combina con nuevos materiales y/ o técnicas artísticas e industriales, para el cuidado de nuestro patrimonio.
